El hotel es bonito, las habitaciones preciosas, amplias y con el toque de Puebla. Sin embargo el servicio al cuarto es terrible, tuve que hablar 3 veces para que me llevaran hielo a la habitación, cuando pedi la cena no se tardaron mucho pero la chica que me la llevo me pregunto si le podia dar la propina en efectivo , le comente que no tenia que la iba a dar con la tarjeta y me compartio que lo preferia en efectivo porque la propinas se las pagan en 15 días, le dije nuevamente que no me era posible y le pedi si me traia unos vasos, me parece que se molesto porque me contesto que se los pidiera a recepción que a ellos les correspondia. Marque a recepción solicitando los vasos y me contestaron que le tocaba a cocina pero que lo iban a ver, concluyendo nunca me llevaron los vasos. El hote me encanta pero noto que cada vez que llego hay decremento el servicio y la atención. Por último habia uno refri pequeño que era muy práctico sobre todo ahorita con el calor y ya los quitaron de las habitaciones, y faltan vasos . Las únicas personas atentas fueron los señores del valet parking